Análisis y síntesis elaborados por el staff médico de Circle Press a partir de la conferencia de la Dra. Patricia Cervantes, en el marco del XVIII Congreso Latinoamericano de Infectología Pediátrica (SLIPE 2019), realizado en Cartagena de Indias, Colombia.
Vacunas tetravalentes contra influenza: nuevo estándar de prevención
Dra. Patricia Cervantes
Directora Médica para América Latina Sanofi Pasteur, México.
Las primeras vacunas monovalentes contra influenza datan del año 1933, y desde 1973 existen las vacunas inactivadas trivalentes (IIV3). En el año 2002 se evidenció la co-circulación de los dos linajes de virus de influenza B, Victoria y Yamagata, lo cual motivó el desarrollo de las vacunas inactivadas tetravalentes (IIV4). En la actualidad, las recomendaciones de la OMS y del CDC de EE.UU. para la formulación de las vacunas estacionales incluyen las cuatro cepas.
Varios estudios muestran que la carga de enfermedad para virus B es significativa. En un estudio realizado en Francia, a lo largo de 10 temporadas de influenza con más de 14.400 muestras, se observó que el cuadro clínico entre A y B era indistinguible. En algunos años predominó la cepa B y cuando no predominaba, la mayoría de los casos se detectaban después del pico epidémico de A. Las infecciones por B eran más frecuentes en el grupo de 5 a 14 años (OR 2.15, IC 95% 1.87-2.47), y en este grupo etario, los signos y síntomas eran más severos en pacientes con una infección por el linaje Victoria1.
Otro estudio prospectivo de vigilancia activa de influenza en niños de 0 a 16 años en 12 hospitales en Canadá, mostró que la mortalidad fue mayor por influenza B que por virus A (OR 2.65, IC 95% 1.18- 5.94), y que en los mayores de 10 años, que eran previamente sanos, la infección por B se asoció con el ingreso a la unidad de cuidados intensivos (UCI) (OR 5.79, IC 95% 1.91-17.57)2. La información de la Unión Europea de la temporada 2017-2018, muestra que la participación del virus B en los casos hospitalizados en UCI es importante en todas las edades (ver Cuadro 1).
En EE.UU. este virus fue responsable del 25% de todas las muertes por influenza entre 1976 y 1999, y del 22% al 44% de las muertes en pediatría (2004- 2011). En las temporadas que predominó el virus B, causó más del 50% de los casos fatales en los mayores de 60 años.
En relación a la circulación de los virus en nuestra región, en un estudio realizado en 10 países de América Latina durante 8 temporadas (2004-2012), de un total de 37.087 casos identificados, 21% fueron por B y este predominó en el 9% de las temporadas3.
Es interesante destacar que existe protección cruzada entre los dos linajes de B. Para el linaje incluido en la vacuna IIV3, la eficacia es entre 70%-77%, y para el linaje no incluido es de alrededor del 50% (ver Cuadro 2)4.
Desde la perspectiva de la salud pública, los estudios fármaco-económicos mostraron que la vacunación con IIV4 es costo-efectiva. Entre los años 1999-2009, el uso de IIV4 comparado con IIV3 hubiera evitado 2.7 millones de casos de influenza, 21.400 hospitalizaciones y 1.300 muertes y hubiera generado un ahorro de US$ 0.3 billones por costos directos y US$ 2.8 billones por costos indirectos5,6.
El desarrollo de la vacuna IIV4 demostró seguridad, como también que los títulos de anticuerpos para IIV4 eran no inferiores a IIV3 para las cepas compartidas y superior para el linaje B adicional, y que los niños-naive vacunados con IIV4 tuvieron una respuesta similar a los primo-vacunados. También se realizó un estudio de eficacia en más de 5800 niños de 6 a 35 meses en diferentes países del hemisferio norte y sur, durante las temporadas de gripe 2014 a 2016. Los resultados demostraron una eficacia del 68.4% para prevenir enfermedad por influenza virológicamente confirmada por cepas similares a la vacuna, y una eficacia de 50.98% para influenza virológicamente confirmada por cualquier cepa. En este estudio también se observó una eficacia de 68% para prevenir otitis media aguda, y de 60% para evitar el uso de antibióticos7.
Referencias:
1. Mosnier A et al. Clinical Characteristics Are Similar across Type A and B Influenza Virus Infections. Plos One. 2015; 10(9) e0136186.
2. Tran D et al Hospitalization for Influenza A Versus B. Pediatrics. 2016; 138(3). pii: e20154643.
3. Caini S et al. Characteristics of seasonal influenza A and B in Latin America: Influenza surveillance data from ten countries. Plos One 2017; 12(3):e0174592
4. Diaz Granados CA et al. Seasonal influenza vaccine efficacy and its determinants in children and non-elderly adults: a systematic review with meta-
analyses of controlled trials. Vaccine. 2012; 31(1):49-57.
5. Reed C et al. Public health impact of including two lineages of influenza B in a quadrivalent seasonal influenza vaccine. Vaccine. 2012; 30(11):1993-8.
6. Lee B et al. The economic value of a quadrivalent versus trivalent influenza vaccine. Vaccine. 2012; 30:7443-7446
7. Pepin S et al. Efficacy, immunogenicity, and safety of a quadrivalent inactivated influenza vaccine in children aged 6-35 months: A multi-season randomised placebo-controlled trial in the Northern and Southern Hemispheres. Vaccine. 2019; 37(13):1876-1884.
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