Análisis y síntesis elaborados por el staff médico de Circle Press a partir de la conferencia de la Dra. Silvia González Ayala, en el marco del XVIII Congreso Latinoamericano de Infectología Pediátrica (SLIPE 2019), realizado en Cartagena de Indias, Colombia.
Actualización sobre la epidemiología de pertussis en América Latina
Dra. Ángela Gentile
Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, Buenos Aires, Argentina.
La tos convulsa o pertussis es una enfermedad bacteriana producida por la Bordetella pertussis que plantea varios desafíos para su control y prevención. Tiene un período de contagio largo, hasta 21 días después del inicio de la tos, y aun en los pacientes tratados con antibióticos el período de infectividad puede durar hasta 5 días. La oportunidad para su diagnóstico es muy importante. Durante la fase catarral inicial en las primeras dos semanas, la identificación microbiológica se puede realizar por cultivo o detección de antígenos por PCR en el hisopado nasofaríngeo. Posteriormente, en la fase de tos paroxística, que puede durar hasta 6 semanas, el diagnóstico de realiza por medio de serología.
Aun en los países que han incorporado vacunas contra pertussis, tanto celulares o acelulares, en sus Calendarios Nacionales de Inmunización, la enfermedad presenta brotes epidémicos cíclicos cada 2 a 5 años (ver Cuadro 1).
En América la tasa de incidencia es mayor en los lactantes, principalmente los menores de 3 meses. Estas tasas son muy variables entre los países de la región, probablemente por diferencias en la vigilancia epidemiológica, en la definición de casos y en los métodos de diagnósticos laboratorio1. Para solucionar estas diferencias, varios expertos latinoamericanos desarrollaron una guía técnica de vigilancia para la definición de caso.
En relación a la prevención con vacunas, las celulares o enteras tienen una efectividad entre 70% y 90% después de 4 dosis, pero la protección disminuye y es casi nula a los 5 a 10 años. Los eventos adversos son comunes y aumentan con el número de dosis y con la edad. Esto motivó el desarrollo de las vacunas acelulares, que son más seguras y se asocian a menos eventos adversos. Uno de los problemas a considerar es que no existe un correlato de protección serológica para estas vacunas.
Es importante mantener coberturas de vacunación altas (>90%) para disminuir el número de casos de pertussis en la población. En muchas regiones de América, las coberturas de la cuarta dosis no alcanzan al 80% (ver Cuadro 2).
Se deben estudiar las causas del no cumplimiento y de los atrasos en los esquemas y desarrollar las estrategias necesarias para corregirlo.
La vacunación en la mujer embarazada con DTPa, a partir de la semana 20 de gestación, protege a los recién nacidos y a los lactantes pequeños. Un estudio observacional realizado en Inglaterra mostró que la efectividad de la vacunación materna era de 90% en los menores de dos meses2. Ya son 17 los países en América que han implementado esta estrategia. En un estudio caso-control en Argentina, la efectividad fue del 72.1%.
La vacunación durante el embarazo es una intervención costo-efectiva para prevenir los casos de pertussis y la letalidad por esta enfermedad en los menores de 3 meses. La estrategia capullo de vacunación en el puerperio no ha demostrado tener un impacto tan alto como vacunar a la embarazada.
Referencias:
1. Gentile A et al. Pertussis in Latin America and the Hispanic Caribbean: a systematic review. Expert Rev Vaccines. 2019; 18: 829-845
2. Amirthalingam G et al. Effectiveness of maternal pertussis vaccination in England: an observational study. Lancet. 2014; 384(9953):1521-8.
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